se funda, a su vez, en el estar‐en‐el‐mundo. El “allí” es la determinación de un ente que comparece dentro del mundo. El “aquí” y el “allí” sólo son posibles en un “Ahí”, es decir, sólo si hay un ente que, en cuanto ser del “Ahí”, ha abierto la espacialidad. Este ente lleva en su ser más propio el carácter del no‐estar‐cerrado. La expresión “Ahí” mienta esta aperturidad esencial. Por medio de ella, este ente (el Dasein) es “ahí” [ex‐siste] para él mismo a una con el estar‐siendo‐ahí del mundo.
La imagen óntica del lumen naturale en el hombre no se refiere sino a la (133) estructura ontológico‐existencial de este ente, que consiste en que él es en el modo de ser su Ahí. Que el Dasein está “iluminado” [“erleuchtet”] significa que, en cuanto estar‐en‐el‐mundo, él está aclarado en sí mismo1, y lo está no en virtud de otro ente, sino porque él mismo es2 la claridad [Lichtung]. Sólo para un ente existencialmente aclarado de este modo lo que está‐ahí puede aparecer en la luz o quedar oculto en la oscuridad. Desde sí mismo, el Dasein trae consigo su Ahí; si careciera de él, no sólo fácticamente no sería, sino que no podría ser en absoluto el ente dotado de esta esencia. El Dasein es3 su aperturidad [Erschlossenheit]cxvii.
Será necesario, pues, sacar a luz la constitución de este ser. Pero, en la medida en que la esencia de este ente es la existencia, la frase existencial “el Dasein es su aperturidad” quiere decir, al mismo tiempo, que el ser que a este ente le va en su ser es tener que ser su “Ahí”. Además de precisar la constitución primaria del ser de la aperturidad, será necesario, en conformidad con la tendencia de nuestro análisis, hacer una interpretación del modo de ser en que este ente es cotidianamente su Ahí.
El capítulo que aborda la explicación del estar‐en en cuanto tal, es decir, del ser del Ahí, se divide en dos partes: A. La constitución existencial del Ahí. B. El ser cotidiano del Ahí y la caída del Dasein.
Las dos formas constitutivas y cooriginarias de ser el Ahí son para nosotros la disposición afectiva y el comprender; el análisis de cada una de ellas recibirá su necesaria confirmación fenoménica mediante la interpretación de una modalidad concreta, importante para la problemática posterior. La disposición afectiva y el comprender están cooriginariamente determinados por el discurso.
Bajo la letra A (la constitución existencial del Ahí) se tratarán, pues, los siguientes puntos: el Da‐sein como disposición afectiva (§ 29), el miedo como modalidad de la disposición afectiva (§ 30), el Da‐sein en cuanto comprender (§ 31), comprender e interpretación (§ 32), el enunciado en cuanto modo derivado de la interpretación (§ 33), Da‐sein, discurso y lenguaje (§ 34).
1 Αλήθεια— abertura — claridad [Lichtung], luz, iluminar.
2 pero no la produce.
3 El Dasein existe, sólo él existe; de esta manera, existencia es estar‐fuera. salir fuera y estar en la abertura del Ahí: ek‐sistencia.
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